Nunca describiría a Patrick como el gato más colaborador del mundo, y sin duda es un claro ejemplo de que los gatos son tercos e independientes. Sin embargo, con un poco de persuasión (y algunas golosinas) parece que es capaz de coger el tranquillo a pequeños trucos y tareas.
Paso uno:
Nos aseguramos de tener a mano una golosina que le encantara (Patrick se pirra por un poco de atún o salmón).
Paso dos:
Con Patrick erguido, colocamos la comida en frente de su nariz, aunque no a demasiada altura, ¡o de lo contrario se pondría de pie sobre sus patas traseras!
Paso tres:
A continuación movimos la comida con un movimiento ascendente (de nuevo no a demasiada altura) y le empujamos suavemente el trasero hacia el suelo, mientras le decíamos «sit».
Paso cuatro:
Cuando el trasero de Patrick tocó el suelo, le dimos la golosina y muchos mimos por haber completado la tarea.
Paso cinco:
Repetimos este proceso hasta que Patrick le cogió el tranquillo (algo que hizo sorprendentemente rápido) y empezó a sentarse cuando hacíamos el movimiento ascendente cerca de su nariz y le decíamos «sit». ¡Pronto podremos hacer el truco sin la golosina!